DESCUBRIMIENTO

La historia tradicional enseña que la costa firme del continente americano fue descubierta por Cristóbal Colón durante su tercer viaje, iniciado el 30 de mayo de 1498, partiendo de San Lucas de Barrameda con seis naves, bajo la protección de la Santísima Trinidad.

Después de tocar en la isla denominada Gomera, dividió su expedición. Tres naves, al mando de Alonso Sánchez de Carvajal, tomaron rumbo a la isla La Española. Comandando las otras tres naves tomó rumbo hacia el Sur, y después de padecer una fuerte calma al nivel de la región ecuatorial, desvió su rumbo al Oeste, descubriendo el 31 de julio la isla que denominó Trinidad. A partir del primero de agosto avistó la masa continental formada por la región de Paria. Bordea la parte Sur de la isla recién descubierta, atraviesa el estrecho formado entre su extremo Sur- Oeste y la costa firme, la cual llama Boca de Serpientes, divisando, a pesar de sus ojos enfermos por la inflamación, todo el verdor de la costa. Confunde a esta última con una isla y la llama Isla de Gracia. Corresponde lo descubierto, no a una isla, como supuso el Almirante, sino a todo un continente. Delante de él se extendía toda la costa meridional de la actual Península de Paria, y más hacia el Sur, los caños y ríos que forman la cuenca del Sur de esta península y la desembocadura del Orinoco. Tanto verdor y la existencia de los numerosos ríos, le hacen pensar en la existencia en dicha región, del Paraíso Terrenal.

No está definitivamente comprobado que Colón haya desembocado en esta oportunidad en la costa firme, pero está demostrado que en la vecindad de la región que hoy se denomina Macuro, tomaron posesión en su nombre y en el de los Reyes de España, los marinos Pedro Torreros, Andrés del Corral, Hernando Pacheco y Juan Quintero. Continúa el rumbo hacia el Norte, navegando entre la punta Nor- Este de la Isla de Trinidad y la Península de Paria, donde se forma otro estrecho, el cual designa con el nombre de Boca de Dragón, a través del cual sale de nuevo al mar abierto. Sigue el rumbo Este-Oeste, bordeando la costa Norte de Paria y luego de recorrer una larga extensión de la península, pone proa hacia La Española, descubriendo las islas de Coche, Cubagua y la actual Margarita, así bautizada en honor de la nuera de los Reyes de España.

Abandona así la tierra firme ignorando, al parecer, que ha tenido frente a sus ojos todo un continente y no una isla como suponía. Sin embargo, surge en su imaginación la existencia de una masa continental que él confiaba descubrir y por eso anota en su diario lo siguiente: «Yo estoy creído que es esta, tierra firme grandísima de la que hasta hoy no he sabido». El cronista Antonio de Herrera, lo ratifica al expresar lo siguiente: «Vino en conocimiento (Colón) que tierra tan grande, no era isla sino tierra firme». Guillermo Morón, en su Historia de Venezuela, dice: «Esta tradición corre después expresada con mayor firmeza, suponiéndose que el Almirante llegó hasta Cumaná», ya que el cronista Herrera afirma: «Y toda la tierra firme, hasta Cumaná». (Morón, Guillermo. Historia de Venezuela. Tomo I, p. 73, 1971).

Iniciamos este capítulo mencionando lo que la historia tradicional enseñaba respecto al descubrimiento de la costa de Paria. Recientemente han aparecido dos libros cuyo autor es el historiador y académico español Juan Manzano. Uno de ellos, «Colón descubrió la América del Sur en 1494», editado por la Academia Nacional de la Historia, en 1972, en su colección Fuentes para la Historia Colonial; el otro, publicado en España, se titula: «Colón y su Secreto» (1976). Ambas publicaciones tratan de demostrar y comprobar que en 1494, el Almirante Cristóbal Colón visitó las costas de Cumaná y recorrió toda la costa de Paria hasta la desembocadura del Orinoco, partiendo desde La Española, después de su segundo viaje.

Resumiendo los hechos, como los expone Manzano Manzano, serían los siguientes: Mucho antes que Colón se decidiese a realizar el descubrimiento de nuevas tierras, un navegante portugués o español, que costeaba la parte occidental de África, rumbo a Guinea, fue desviado de su ruta por una tormenta que lo llevó hasta la costa de Paria. Durante varios años los náufragos vivieron en estas regiones de Paria y Cumaná, pero no olvidaron de regresar a su punto de partida. Después de muchos inconvenientes y penalidades lograron a1 fin iniciar su regreso a la península ibérica, pero antes de llegar a ella, una nueva tormenta los hizo naufragar frente a la isla de Madera, donde para esa época vivía Colón en unión de su esposa y su suegra, quien desempeñaba el cargo de Jefe de Puerto de esa isla. Por intermedio de los náufragos que pudieron desembarcar y los cuales fallecieron poco después, supo Colón la existencia de nuevas tierras e islas. Desde ese momento es cuando él inicia su recorrido por las costas de Portugal y España, buscando apoyo para su proyecto. Esta especie de leyenda del viajero desconocido, ya aparece relatada en los primeros historiadores de Indias: Fernández de Oviedo, Las Casas, López de Gomara y en la biografía que le hizo su mismo hijo Hernando Colón. Informa Gomara: «Empero nunca pensó tal cosa (el Descubridor) hasta que topó con aquel piloto español que por fortuna las halló».

Esto nos explica la seguridad de Colón de encontrar nuevas tierras, y por ello después de su segundo viaje, desde La Española envía una expedición exploradora en diciembre de 1493, comandada por su hermano Diego Colón y en la cual venía como piloto Juan de la Cosa, uno de los mejores pilotos españoles y compañero en sus dos primeros viajes. Esta expedición regresa a La Española después de recorrer la costa de Paria y Araya, las islas de Margarita, Coche y Cubagua, observar su riqueza perlera y, probablemente, reconocer también la costa norte de Venezuela hasta La Guajira. Al regreso de esta expedición que comprobaba la existencia de nuevas tierras y el hallazgo de perlas, el Almirante realizó una expedición de reconocimiento y exploración en 1494. En efecto, partió de La Española acompañado de su hermano Diego, Juan de la Cosa, Pedro Alonso Niño y probablemente de Américo Vespucio, florentino residente en España como agente comercial de Florencia, de quien por el relato de sus viajes hecho a las autoridades de Florencia, tomó nombre el continente recientemente descubierto. Llegado Colón a la «costa de las perlas», tomó muchas de ellas no informando a los reyes sobre su hallazgo. Textualmente escribe Manzano: «Retuvo para sí las perlas rescatadas en Cumaná y en la Margarita».

Estos hechos explican:

Porque Colón fue hecho prisionero y enviado a España al final de su tercer viaje, cuando regresó a La Española, ya que los reyes habían sido informados del viaje secreto y el rescate de las perlas.

El itinerario del tercer viaje que fue diferente a los demás: primero rumbo al Sur y luego hacia el Oeste a Paria;

Finalmente, las expediciones llamadas parianas destinadas al rescate de perlas, que fueron organizadas por Alonso de Ojeda, Américo Vespucio y Pedro Alonso Niño, trayendo los dos primeros como piloto a Juan de la Cosa, todos conocedores de la región.

Afirma Manzano que cuando López de Gomara, en su Historia General de las Indias, publicada en el año 1552, describe que Colón avistó la tierra de las perlas y relata el trueque que hicieron con los indios, de perlas por baratijas, como ocurrido en el tercer viaje, fue la ignorancia de este viaje secreto de Colón, el cual sólo figura en un documento escrito por un italiano al servicio de Venecia llamado Angelo Trevisano, pero que por error fue incorporado al tercer viaje colombino.

Consideramos necesario para el esclarecimiento de los hechos, citar los párrafos siguientes, tomados de Gomara: «El señor de Cumaná que así se llamaba aquella tierra y río, envió a rogar al capitán de la flota que desembarcase y sería bien recibido», ya sabemos que en el tercer viaje Colón, según su diario, siguió directo a La Española, atravesando por las islas de Coche, Cubagua y Margarita, sin entrar en el Golfo de Cariaco. Continúa Gomara: «El Almirante no desembarcó porque temía que su tripulación se quedase atraída por las perlas, sin embargo decidió que dos bateles tripulados descendiesen a tierra donde fueron muy bien atendidos por los indios. Regresaron los españoles a los navíos, admirados de tantas perlas y rogaron al Almirante los dejase allí, más él no quiso por ser muy pocos para poblar».

Todo esto que Gomara describe con tanto lujo de detalles, tales como el recibimiento amistoso, la riqueza perlera, la existencia de una población numerosa distribuida en unas doscientas casas, pertenece a este viaje de exploración realizado por Colón desde La Española, en 1494.

Nos ha parecido conveniente dar a conocer estas nuevas concepciones sobre el descubrimiento de las costas del Estado Sucre, de los Golfos de Paria y Cariaco y la región de Cumaná, porque ello pertenece a nuestra historia regional y evidencia la obligación de informar que el descubrimiento desde Paria hasta Cumaná pudo ser realizado en 1494 y no en 1498 como se venía afirmando hasta ahora. Siempre será Colón nuestro Descubridor, y en nada disminuye su grandeza histórica el hecho de que un marino o un grupo de marinos náufragos, por obra del azar, hayan encontrado primero nuestras costas. En todo hecho histórico siempre hay antecedentes y circunstancias previas.

HISTORIA DEL ESTADO SUCRE
Autor: José Mercedes Gómez ()
Ediciones de la Presidencia de la República – Caracas. 1981